sábado, 14 de julio de 2007

Editorial del día 13 de julio de 2007

Nicaragua y el FMI
(http://www.laprensa.com.ni/archivo/2007/julio/13/noticias/editorial/)

Definitivamente que Sánchez Sancho no tiene muchos temas para escribir. Siempre nos sale con eso de
"Daniel Ortega y el FSLN destruyeron la economía nacional con los fracasados programas económicos de la revolución sandinista de 1979 a 1990." Cuántas veces habría que recordarle a Sánchez Sancho de la situación en que dejó al país el dictador Somoza? Cuántas veces hay que repetir que la economía de los 80s sufrió en gran medida por la guerra de agresión de parte de EEUU? La mísmisima Corte Internacional de La Haya resolvió que EEUU debía pagar a Nicaragua por los enormes efectos económicos causados por el apoyo a la Contra (http://www.sandinovive.org/17b/index.htm).

Sin embargo, para Sánchez Sancho la culpe fue toda del FSLN. Y por el FSLN es que "los gobiernos democráticos que sustituyeron al régimen sandinista, se vieron obligados a acudir al FMI para conseguir sus préstamos, a cambio de los indispensables programas de ajustes." En mi opinión, ningún prestamo hubiese sido necesario si EEUU se habría dignado a cumplir la ley internacional y pagar por los daños económicos de la guerra de agresión. Además, es dificil pensar que la única salida a la debacle económica era acercarse al FMI. Varios ejemplos han demostrado que los programas de ajustes solo han servido para empeorar (incluso crear) crisis. Estos fueron los casos del Sureste Asiático, México, Rusia, Europa del Este, Argentina. En este respecto, Joseph Stiglitz, otrora uno de los más prestigiados economistas del Banco Mundial, ha criticado duramente las recetas que el FMI y el BM se dieron a la tarea de recomendar (por no decir forzar) en los países del Sur (http://www2.gsb.columbia.edu/faculty/jstiglitz/). Los gobiernos de los 90s hicieron caso omiso a las grandes demostraciones en contra del ESAF y los TLCS. Si recordamos, es esa la democracia que Sánchez Sancho busca para Nicaragua, donde el presidente gobierna para los empresarios, no para el pueblo.

Sin embargo, la peor parte del editorial es la ofensiva manera en que Sánchez Sancho señala que el regímen somocista "sólo necesitó hacer un programa con dicho organismo para obtener sus préstamos." En otras palabras, al FMI le importó poco que la economía nicaragüense estuviese concentrada en las manos de la familia. Lo importante era que "el país [era] solvente económicamente" y "que no lo es desde la revolución sandinista de 1979." Podemos ver que para estas instituciones monetarias, el que un dictador maneje a su antojo un país. Pero cuando el pueblo protesta contra los ajustes económicos, el gobierno debe hacerse el sordo y cumplir con las condiciones de los pesos pesados de la economía mundial. El que Somoza y el FMI no hayan tenido relaciones me parece altamente atroz, si es que de verdad lo que se quiere es sacar de la pobreza a las grandes mayorías.

Así, las metas macroeconómicas no lo son todo. El que el gobierno haya logrado un pacto con el FMI con disposiciones que reflejan la estrategia de nación es un logro. Espero, como dicen los asesores de Ortega, que este sea el último acuerdo con el FMI. Tal vez en esta, por fin, el pueblo podrá beneficiarse de los préstamos, redirigiendo la mirada a la microeconomía, a la equidad, a un justo trato de los nicaragüenses.

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