domingo, 8 de julio de 2007

En La Prensa, 2 + 2 = 5

Qué bien le caería a los periodistas de La Prensa un buen curso en Argumentación y Retórica! Yo tuve la suerte de estudiar con un experto mundial en estas cuestiones, un británico simpático fan de Godzilla de nombre Chris Tindale. Sin embargo, creo que no hace falta ser experto para darse cuenta de los errores garrafales de inconsistencia en un artículo publicado por Eduardo Enríquez (jefe de redacción de La Prensa, dicho sea de paso) titulado ¿Heredero? más bien causante (si, adivinaron, es sobre Ortega, de qué otra cosa escriben en ese periódico?).

Enríquez acusa a Ortega y el FSLN de ser caustantes, no herederos, de la actual crisis energética. Usando una definición legal que no viene a lugar ya que de principio anuncia el final, usa su propia conclusión para comenzar su argumento. En otras palabras, más circular no puede ser. Sin embargo, después él mismo tiene que aceptar los gobiernos de los últimos 16 años "tienen parte de la responsabilidad, pero don Daniel y su partido son al menos 'co-causantes' de esta situación." A pesar de aceptar que son co-causantes, Enríquez continúa su artículo refiriendose a Ortega como causante.

En un párrafo sin sentido alguno, Enríquez relata:

"Pero llegó el “gobierno revolucionario” y los problemas empezaron, según relata Rappaccioli, en 1985 u 86. “Por la guerra”, dice, y por falta de divisas, no pudieron seguir impulsando los proyectos ni dándole mantenimiento a las plantas. Pero en fin, a finales de los ochenta el director del INE ya se había ganado el mote de “Rapagón”. Entonces quedemos claros que el primero en causar una crisis energética fue Ortega y su actual ministro de Energía y Minas."

Acaso no se dejó claro que la culpa la tuvo la guerra y no Ortega y Rappaccioli? Si Enríquez cree que la guerra de los 80s es simplemente la culpa de este dúo, de verdad que no tengo idea como llegó a ser jefe de redacción de un periódico de circulación nacional. Pero bueno, es La Prensa. Si a alguién se puede acusar por la guerra, y los problemas que ésta desató, es a la contra y el apoyo incondicional de EEUU. A Ortega no se le ocurrió de un día a otro no invertir en la generación de energía y ya. Es más, en una situación de guerra es indispensable contar con recursos energéticos con los cuales sostener la economía y el bienestar social.

Enríquez continúa:

"Pero además, en la Asamblea Nacional, donde el Frente Sandinista siempre tuvo en los 16 años una robusta representación, se aprobaban leyes como la de Energía con limitaciones absurdas como la que permitía a las hidroeléctricas privadas generar sólo 50 megas."

Se dió a la tarea Enríquez de investigar los peligros de la generación eléctrica por medio de plantas hidroeléctricas? Simplemente, permitir proyectos hidroeléctricos de gran envergadura supone talar inmensas áreas de bosques, desviar el fluido de agua potable, y el alterar de manera peligrosa el ecosistema de la región. Es esta limitación absurda?

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